Inicié mi actividad profesional como arquitecto en la isla de San Miguel, Azores. Desde entonces, he intentado mejorar el paisaje excepcional de la isla a través de la arquitectura. La casa de la película fue construida para mí y mi familia en 2004. 

Ya existía una casa vernacular que yo amplié, fundiendo lo nuevo con lo antiguo. He intentado mantener lo que existe tanto como sea posible y la construcción se ha estudiado buscando las soluciones más económicas: la madera local de Cryptomeria era mucho más barata para la estructura del tejado que el hormigón. Su calor en el techo me permitió mantener la mayoría de los suelos y paredes en cemento sin ningún tratamiento. Se restauró el sótano, las habitaciones y el horno de pan. La vieja casa creció de nuevo para el patio y para la vista. En nuestros proyectos intentamos siempre encajar en la medida del paisaje e integrar los recursos del ambiente a la composición. Y nos esforzamos para satisfacer los deseos de las personas por una buena vida bajo un techo.